miércoles, 7 de abril de 2010

AYER FALLECIÓ EL EXCMO SR. D. GUILLERMO LUCA DE TENA

ADIÓS A UN CABALLERO ESPAÑOL POR EXCELENCIA  Y GLORIA DEL PERIODISMO: EXCMO. SR. D. GUILLERMO LUCA DE TENA
REMITIDO.- CÍRCULO TAURINO AMIGOS DE LA DINASTÍA BIENVENIDA
MADRID.- Miércoles, 7 de Abril de 2010
Don Guillermo fue distinguido en su día por nuestro Círculo Bienvenida como "Socio de Honor" al recibir el Premio "La Fábula Literaria Vicente Zabala" en nombre del diario ABC que presidía, al cumplirse el centenario de su fundación y haberse destacado por continua e ingente labor en pro dela Fiesta Nacional.
Lamentando tan irreparable pérdida, expresamos nuestras sinceras condolencias a su esposa Doña Soledad García-Conde Tartiere y sus hijas Catalina y Soledad, así como a sus amigos y discípulos del diario ABC.
A continuación reproducimos la noticia en ABC y el emotivo artículo de un histórico en el diario como Santiago Castelo.
Adiós, Don Guillermo / Por Santiago Castelo
MADRID ABC. Madrid 7 de Abril de 2010
Patrón de la vieja escuela periodística
Ayer falleció en Madrid Guillermo Luca de Tena, uno de los grandes periodistas y editores. Con él se va uno de los liberales más señeros, uno de los hombres más cultos y entregados a la profesión periodística, al que todos en ABC llamaban cariñosamente «el Patrón»
Para quienes hacemos ABC, se nos ha muerto el Patrón. Así le llamábamos desde que en enero de 1975 falleció su padre, don Juan Ignacio Luca de Tena. Él era el Patrón a la vieja usanza: generoso, sencillo, humilde, con sentido del mando y una profunda sabiduría. Sus consejos eran atinados, certeros, donde no faltaban su siempre indeclinable servicio a la verdad y su pasión generosa por España. Amigo de sus amigos, apenas hace unos días escribía con Marcelino Oreja una Tercera al alimón para recordar a Pepín Vidal Beneyto, que fue su amigo. No contento con el texto publicado, excesivamente biográfico, él, profundamente humano siempre, quiso escribir unas líneas entrañables, íntimas para despedir al amigo muerto. No quiso que esas líneas fueran a Tercera. Se conformaba con que aparecieran en las páginas de Necrológicas. Su sentido del Periodismo no marcaba condiciones: cualquier sección es buena en el periódico con tal de que se escriba con dignidad y con verdad. Y él lo que deseaba decir en esas palabras cálidas y cercanas era cuánto quería al amigo muerto. Cumplió lo que ambos tenían pactado: el que muriera antes hacía la necrológica del otro. Lo que jamás podía pensar el Patrón, que en las últimas líneas de esa evocación emocionada se llamaba a sí mismo «un anciano de ochenta y dos años», era que iba a tardar tan poco en seguir a su amigo Pepín. Y ayer fallecía repentinamente en Madrid...

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