viernes, 20 de abril de 2012

Enrique Romero, pregonero en Elda (Alicante)

En el mismo acto se presentó el cartel del día 13 de mayo con El Renco, El Fandi y El Cordobés
El Auditorio Adoc acogió ayer a numeroso público en la presentación oficial del cartel de la corrida de toros que se celebrará en Elda (Alicante) el próximo 13 de mayo. Con ''EL CORDOBÉS'', ''EL FANDI'' Y ''EL RENCO''
ELDA (Alicante). Viernes, 20 Abril 2012. Remitido por Toromedia. La ciudad iniciará su temporada taurina con un cartel de gran interés que contará con las figuras de Manuel Díaz ‘El Cordobés’, David Fandila ‘El Fandi’ y Antonio Pérez ‘El Renco’.
En el acto estuvo presente la alcaldesa de Elda, Adela Pedrosa, Juan Andújar, presidente de la peña taurina Amigos de El Renco, el empresario Pedro Pérez ‘Chicote’, el matador Antonio Pérez ‘El Renco’, y el periodista y director de programas taurinos de Canal Sur Televisión, Enrique Romero.
El empresario Pedro Pérez ‘Chicote’ aseguró que el objetivo es colocar a Elda como referente taurino a nivel nacional.
El periodista Enrique Romero realizó un pregón taurino en el que realizó un análisis sobre la situación actual de la fiesta, precisando que Elda tiene una afición entregada y que se trata de una fiesta que supone una seña de identidad y que ha marcado la cultura del país desde hace siglos. El periodista habló de una sociedad cargada de prejuicios que está marginando esta fiesta y destacó la importancia de dar a conocer esta cultura a los jóvenes porque, tal y como apostilló “es una apuesta por lo auténtico y lo inigualable”.
Según Enrique Romero “debemos preservar la esencia de la fiesta porque el toreo es un arte universal” añadiendo que se trata de un espectáculo abierto y democrático donde el público decide el triunfo o el fracaso.
Por su parte, la alcaldesa de Elda, Adela Pedrosa, dejó claro que esta corrida no supone gasto alguno para las arcas municipales, indicando que el objetivo sigue siendo construir una plaza de toros multiusos. La primera autoridad municipal agradeció a Chicote el cartel que traerá a Elda por apostar por la ciudad.
Recordar que el precio de la entrada general sin numerar será de 35 euros, la entrada de contrabarrera numerada costará 50 euros, la de barrera numerada tendrá un precio de 60 euros y existirán dos entradas especiales más para jubilados y niños, así como para colectivos, peñas, asociaciones, entidades festivas y empresas por valor de 25 y 33 euros respectivamente.

CONSIDERACIONES SOBRE EL PROYECTO TAUROMAQUIA-UNESCO / Por Juan Medina

¿Cómo no sumarse a esta rebelión contra los enemigos de la libertad?
Si el término cultura designa las representaciones colectivas que una sociedad comparte, los mitos y realidades que configuran su identidad, los toros son indudablemente un patrimonio cultural vivo de los españoles. Según los últimos datos oficiales del Ministerio del Interior1, durante 2010 se celebraron espectáculos taurinos o festejos populares en 46 de las 50 provincias españolas. Únicamente en Las Palmas, Lérida, Lugo y Tenerife no se ofreció festejo taurino alguno. Se organizaron en total 2.422 corridas de toros, novilladas y festejos de rejones, además de 10.907 festejos populares.
En la actualidad, cinco Comunidades Autónomas han iniciado ya el expediente para declarar la tauromaquia Bien de Interés Cultural, algunas de ellas en la categoría de Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI): Castilla-La Mancha, Castilla-León, Madrid, Murcia y la Comunidad Valenciana. Asimismo, dos diputaciones provinciales, las de Almería y Badajoz, han declarado los toros como PCI de sus ciudadanos, al igual que ayuntamientos de 23 provincias españolas.
Suman un total de 4.228 municipios en los que residen 20.410.000 personas, lo que representa un 43% de la población española.
Desde la iniciativa fundacional surgida en 2011 en el municipio zamorano de Toro, este movimiento cívico se ha ido extendiendo por toda la geografía española con el fin de blindar internacionalmente los festejos taurinos, al ser inventariados como parte del PCI de conformidad con la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO, aprobada en 20033.
Para garantizar la diversidad cultural en un mundo cada vez más globalizado y homogéneo, es preciso reconocer los elementos prácticos y espirituales que cohesionan unas sociedades complejas. La cultura nos arraiga, nos distingue, pero también nos entreteje con el resto de la humanidad, como el mar en un archipiélago une justo aquello que separa.
Ante los demás, la tauromaquia nos identifica. TUI Travel, el mayor touroperador del mundo, promociona España como destino turístico esgrimiendo, entre otros, el símbolo del matador, del mismo modo que recurre a los templos y tabernas en el caso de Grecia o al mestizaje de influencias en mercados y bazares turcos. Y a los ojos del país más poblado del planeta, la China emergente y arrolladora, la imagen percibida de España se vincula al toro. Según un estudio patrocinado en 2007 por el Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX) y el Instituto Cervantes7, los toros son la primera idea que se asocia espontáneamente con
España para el 42% de los chinos. Le sigue, a una enorme distancia, el fútbol con un 10%.
Únicamente un 5% menciona El Quijote, y sólo un 13% han oído hablar de Madrid o Barcelona.
No se trata, en todo caso, de una cuestión de mayorías, sino de libertad. La libertad para que cualquier ciudadano del mundo pueda asistir en una plaza de toros a un rito que lo ennoblece como animal cultural. Si deseamos una sociedad incluyente, será necesario rebelarse frente a la ignorancia y la malicia.
Los parámetros morales de la mayoría dominante conducen a menudo a terribles paradojas. Al tiempo que el Estado nazi legislaba sobre la manera menos dolorosa de cocer langostas y herrar caballos, prohibía el arte de vanguardia y cercenaba la libertad de cátedra y empresa de los judíos alemanes. Nacida tantas veces de una minoría vociferante y alharaquienta, la mayoría moral dominante suele prostituir la democracia en demagogia.
Si la ley catalana que blindó los correbous en 2010, exigía la organización de un solo festejo en los últimos sesenta años para acreditar su carácter tradicional en ese municipio, ¿cómo no declarar los toros Patrimonio Cultural Inmaterial en un país que festeja desde hace siglos los ciclos de la naturaleza con espectáculos taurinos y encierros populares, en los que se exalta la vida mirando audaces la muerte? ¿Cómo no sumarse a esta rebelión contra los enemigos de la libertad?
Juan Medina
Doctor en Economía
Profesor de Teoría Económica en la Universidad de Extremadura
Abril 2012