Has querido sufrir en la intimidad y en el mayor de los
recogimientos, la tristísima y honda pena por la trágica muerte, la semana pasada, de tu hija mayor Nela, victima de ese mal súbito y que acecha traicionero que es la carretera. Uno, ante tu decisión, respetable, que entiendo y comparto, se queda a medio camino de llamarte o no hacerlo, de haberte dado el pésame públicamente o unirme en silencio a tu pena. Al final, opto por no llamarte y evitarte, al menos, una llamada tan innecesaria como indebida, respetando tu decisión.
recogimientos, la tristísima y honda pena por la trágica muerte, la semana pasada, de tu hija mayor Nela, victima de ese mal súbito y que acecha traicionero que es la carretera. Uno, ante tu decisión, respetable, que entiendo y comparto, se queda a medio camino de llamarte o no hacerlo, de haberte dado el pésame públicamente o unirme en silencio a tu pena. Al final, opto por no llamarte y evitarte, al menos, una llamada tan innecesaria como indebida, respetando tu decisión. Tu actitud, personal y profesional, se reviste de toreria y se
significa, especialmente, con todos los valores que representa la Dinastía Bienvenida, en trasmitir al respetable únicamente la grandeza de la Fiesta y su alegría, que las penas había que vivirlas puertas adentro de la intimidad; a las pocas horas de despedirte de Nela, tenías la casta y la fortaleza de espíritu de ponerte delante de los micrófonos y aguantar estoico, sin descomponer la figura. Todo un gesto de vocación, entrega a la profesión, y la vez de, de conmovedor y profundo amor, en el tremendo quebranto, hacia tu querida hija Nela.
significa, especialmente, con todos los valores que representa la Dinastía Bienvenida, en trasmitir al respetable únicamente la grandeza de la Fiesta y su alegría, que las penas había que vivirlas puertas adentro de la intimidad; a las pocas horas de despedirte de Nela, tenías la casta y la fortaleza de espíritu de ponerte delante de los micrófonos y aguantar estoico, sin descomponer la figura. Todo un gesto de vocación, entrega a la profesión, y la vez de, de conmovedor y profundo amor, en el tremendo quebranto, hacia tu querida hija Nela. Pero, llevaba días deudo con mi conciencia y deber, por no haberte dejado testimonio de mi pesar, uno mas entre el numeroso gremio taurino. Al final, y espoleado por las
sentidas referencias en Aplausos de esta semana, firmadas por tus grandes amigos José Luís Benlloch y Carlos Ruiz Villasuso, decido, a través de estas líneas, hacerte llegar desde esta tierra, Murcia, tu segunda patria chica, en la que cuentas con una incontable fiel parroquia de amigos y seguidores, junto a nuestras mas sentidas condolencias, recibas también, a modo de emocionado abrazo, la luz del sureste español, el color y el aroma de esta generosa tierra, y el calor de toda la afición taurina murciana, a la que tu tanto quieres y defiendes.Pepe Castillo Abreu –Murcia-

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