La ciudad alicantina de Villena
vivió el martes de la pasada semana una noche de cristales rotos y pintadas
amenazantes. La rabia de los antitaurinos de Villena se desato nada más
conocerse la noticia de que el consistorio villenero había llegado a un acuerdo
para que este año se pudiera celebrar el
tradicional festejo taurino en su remozado coso multiusos el próximo 7 de
septiembre.
La sede de la Peña Cultural
Taurina Villenense situada a las afueras de la ciudad, amaneció días pasados
con diversos destrozos y pintadas amenazantes contra los miembros de la
asociación escritas con spray en la fachada del edificio. Pintadas en las que
figuran palabras como la consabida “Taurinos
asesinos” y “No sentís el dolor
ajeno pero sentiréis el fuego”, todos los cristales de las ventanas rotos y
las cerraduras de las puertas de entrada al edificio selladas con grapas y
pegamento.
Es indudable que ante esta
situación los miembros de esta entidad así como ciudadanos que en Villena no se
esconden de demostrar su afición a los toros, “sienten miedo” ante el
riesgo “de que algún desequilibrado le de por hacer una barbaridad”.
Los aficionados recuerdan que “la Tauromaquia es una actividad legal
declarada no hace mucho Bien de Interés Cultural por el gobierno de la nación,
razón por la cual las personas que se opongan a ella deben de dirigir sus criticas
hacia el gobierno e intentar cambiar las leyes democráticamente, no de este
modo”.
La verdad es que muchos
aficionados se preguntan “de que
ha servido la declaración de la Tauromaquia como Bien Cultural de la nación
española”, cuando, ahora es en Villena,
hace pocos días Alicante, recientemente Pamplona, y día tras día, como un
reguero de pólvora el movimiento anti corre por el resto de las poblaciones
donde se celebran festejos taurinos, los aficionados tienen que padecer el acoso
de los grupos antitaurinos y algunos partidos de la izquierda presentan
mociones para abolir los toros o
declarar ciudades y pueblos de nuestra
geografía antitaurinos
La Plataforma animalista de
Villena se desmarca de los actos vandálicos contra la sede de la Peña Taurina,
dicen que las personas que han realizada estas pintadas y destrozos no tienen
por qué estar vinculadas al movimiento animalista ni antitaurino, pero lo que
no dicen es que con sus constantes ataques a la fiesta de los toros, ataques en
la mayoría de las ocasiones no exentos de mentiras, difamaciones y con un
desconocimiento total de lo que están reivindicando, están creando un caldo de
cultivo de odio hacia un espectáculo que es legal y hacía las personas que
gustan de él. Y lo peor es que, con lo demócratas y liberales que son, no se
dan cuenta que con sus acciones están cayendo en una violencia que se asemeja a
la que hacia el nazismo y eso se llama fascismo.
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