El acto se celebró el viernes en la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles del Cabañal
Ponce agradeció por: «dejar a un humilde creyente, que tanto le debe al Señor, pregonar y animar a la participación en esta Semana Santa a todos los valencianos que quieren renovar su fe en Cristo y en nuestras tradiciones”.
REMITIDO POR TOROMEDIA. Enrique Ponce consiguió un éxito rotundo al pronunciar el viernes el pregón de la Semana Santa Marinera de Valencia, que tuvo lugar en la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles del Cabanyal ante la presencia del arzobispo de la ciudad, Carlos Osoro, la alcaldesa Rita Barberá, y la delegada del Gobierno, Ana Botella, entre otras autoridades.
La presidenta de la Semana Santa Marinera, Begoña Sorolla, impuso al torero la medalla de la Junta Mayor y fue quien dio paso al discurso, en el que Ponce supo buscar y exponer a la perfección las conexiones entre el mundo del toro y la fe y la religiosidad. El torero leyó de forma magistral un texto que emocionó por momentos a los presentes y donde siempre estuvo presente su vivencia como torero y su fe cristiana.
Ponce dio las gracias a la Junta Mayor por «dejar a un humilde creyente, que tanto le debe al Señor, pregonar y animar a la participación en esta Semana Santa a todos los valencianos que quieren renovar su fe en Cristo y en nuestras tradiciones”.
El pregón incluyó mensajes de peso: «La cultura no es lo que algunos quieren que sea. ¡La cultura es lo que es! La cultura se transporta en el espacio y tiempo... Solamente el pueblo elevará cualquier actividad, a través de la praxis de distintas generaciones, a la categoría de cultura para que los intelectuales la estudien, la canten y no la destruyan», aseguró Ponce.
Pero las imágenes, metáforas y paralelismos se sucedieron en su discurso: "Desde mi yo torero comprendo, entiendo perfectamente la Pasión de Jesús esta Semana Santa”, afirmó Ponce. “La llegada en loor de multitudes a la plaza es como nuestro domingo de Ramos; todo son parabienes, ensalzamientos, pero sabemos perfectamente que esas personas serán implacables en el juicio al que nos someterán en el ruedo”.
Y continuó: "De la misma forma que vosotros, hombres y mujeres del mar, os aferráis al Cristo crucificado en la arena de la playa para pedir por los que perecieron en el agua y buscar fuerzas espirituales que os ofrezcan el cobijo necesario para continuar con la labor de marinero, nosotros los toreros nos ceñimos al cuerpo el capote de paseo, con el Cristo o con la Virgen de nuestra especial devoción".
Al finalizar el pregón todos los asistentes se pusieron en pie para ovacionar largamente al torero de Chiva, que de nuevo había triunfado en su tierra, esta vez utilizando su palabra y su fe como materia prima de un discurso que recordarán los hermanos de la Semana Santa Marinera valenciana.
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