DR. ANDRÉS SALAS: CARTA ABIERTA A SU AMIGO JAIME MARCO "EL CHONI"

Hablando con Jaime Marco
"EL CHONI".

LOS ÁRBOLES MUEREN DE PIE / Por Andrés Salas

REDACCIÓN. TorosNoticiasMurcia.com

Foto archivo. TorosNoticiasMurcia.com
MURCIA.- Domingo, 2 / Mayo / 2010

Que me perdone desde el otro mundo Alejandro Casona si tomo el título de una comedia suya para referirme a ti, Jaime. Porque así has sido en la vida y en la muerte. Como un recio árbol que resiste bravamente todos los embates, sin doblegarse jamás, siempre erguido, siempre TORERO con mayúsculas, naturalmente), sin dobleces ni engaños. Oro de ley siempre. Al pan, pan y al vino vino. Con la verdad por delante. Así fuiste en el ruedo y en la calle, con todos los inconvenientes que esto trae consigo. Y así has llegado por última vez a la puerta de cuadrillas. Con la misma firmeza y valor que aquella tarde de Sevilla o aquella de Valencia o la de la presentación en la Plaza México. Igual.

Había hablado contigo minutos antes de iniciar esa peregrinación laica, aunque no exenta de misticismo, que tantos aficionados del urbe taurino hacemos hacia La Maestranza cuando el mes de abril está en su apogeo. Verías las corridas por Televisión y quedamos en que te llamaría para comentarlas. Días después, concretamente el 21 en la mañana, reciente aun el rotundo e incuestionable triunfo de El Juli (tu preferido junto a José Tomás) telefoneé para contarte que aquel estallido de ciencia, valor y arte había enamorado a Sevilla. Que aquello quedaba grabado en ilustre el ruedo maestrante para siempre y por los siglos de los siglos.

La voz que contestó a mi llamada me hirió el corazón. "D. Jaime está muy mal". Y llamé a tu hijo, y comprendí que todo estaba a punto de terminar: "Hace días que no quiere ver las corridas". El, que si los fríos invernales le dejaban algo pachuchillo, resucitaba tan pronto en Valencia, por Fallas, sonaban clarines y timbales. Y allá se iba con ilusiones y juventud renovada. Se lo comenté a Manolo Lozano: "Si no quiere ver toros es que el final está próximo". Y así fue. A la noche siguiente llegó la temida noticia y sentí como una especie de orfandad.

Te echaremos de menos, Jaime. Siempre te tendremos vivo en nuestro corazón todos los que tuvimos la suerte de ser tus amigos, a los que nos dejas el ejemplo constante de tu lealtad, de tu sencillez, de tu hombría de bien.

Ya ves, que cosas tiene la vida. En la ciudad en que hiciste el último paseíllo vestido de luces has venido a hacer el definitivo, el más importante, el que lleva al Cielo.

HASTA SIEMPRE JAIME.