Una faena de Morante, algún natural de Aparicio, el quite de Cayetano y se acabó
Por JOSÉ LUIS BENLLOCH. VALENCIA. Jueves, 18 de Marzo de 2010
OCTAVA DE FALLAS
Ganadería
Seis toros de Juan Pedro Domecq, descatados y de desigual presentación, los tres primeros no llegaban al mínimo.
JULIO APARICIO: de carmesí y azabache, silencio en los dos.
MORANTE DE LA PUEBLA: de marino y oro, ovación y pitos.
CAYETANO: de marino y oro, silencio tras aviso y silencio
Incidencias:
Presidió Amado Martínez que aguantó todos los toros sin atender protestas.
Fue la tarde de la debacle artística. En el sentido directo y en el doble sentido. Respecto a los toreros y respecto a los toros. Claro que aún pudo ser peor. No hay que olvidar una manojo de pinceladas de buen gusto que firmaron los maestros. Un natural de Aparicio, bueno dos, tres. Una faena de Morante sin mucho apretura, faltaba toro, pero con cositas para relamerse. Y cuatro arranques de Cayetano. Eso fue lo que dio la tarde que en realidad acabó una vez arrastrado el tercer toro. A partir de ese momento las tinieblas, se les hizo la noche a los artistas y se esfumaron las musas.
También hubo debacle artístico/ganadera. Los juanpedros siguen sin justificar su inclusión en la feria y uno año más dieron motivo para el cabreo general. Chicos o mejor dicho anovillados los tres primeros, más aparentes pero sin gracia los tres últimos y lo que es peor sin dar sensación de bravura, era una nobleza docilona como en el caso de los primeros o claudicante como el sexto, incluso hubo un toro cabreado como el quinto por cierto conocido desde el año pasado por sus viajes a diversas plazas que no es detalle determinante pero afea sobre todo si no embiste.
VER ARTICULO EN ELLACE: http://www.lasprovincias.es/v/20100319/culturas/debacle-artistica-20100319.html
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