miércoles, 18 de noviembre de 2009

OBITUARIO.- BENITO BELMAR. Por Diego Vera


BENITO BELMAR, por Diego Vera -Peridiodista y Crítico Taurino-
Diego Vera, un hombre cabal y ejemplo de profesional, amigo de Benito, al que conoció y trató durante muchos años-
PUBLICADO en el Diario LA VERDAD. Martes 17 de Noviembre de 2009

DIEGO VERA.- Llega, furioso, el viento del otoño y se nos lleva por delante a Benito Belmar, conserje de la plaza de toros de Murcia, corneado por esa terrible enfermedad cuyo nombre aún nos produce escalofríos con sólo mentarla. Y el viejo roble, curtido en mil batallas –a veces, incluso contracorriente-- dijo no puedo más y nos dejó el vacío amargo de una despedida que nunca acertamos a comprender.
Varias generaciones de Belmar nos han contemplado hasta ahora en el callejón de la plaza de toros, en los corrales, en el patio de caballos y, desde el pasado viernes, desde el cielo o desde allá donde se encuentre.
Benito Belmar comenzó esta cruenta lidia hace unos años, pero los médicos y su voluntad de seguir adelante consiguieron esa prórroga de la que su familia y todo el mundo del toro hemos disfrutado.
Era un profundo conocedor, como pocos, de este mundillo del toro, que, a veces, más que familia unida es patio de vecinos donde difícilmente es posible aclararse ante tantos estilos, tantas suspicacias, tantas envidias, tantos recelos… Su andar pausado por el patio de caballos hablaba de serenidad, de conocimiento y, también, de estar un poco de vueltas de todo. Sabía más por lo que callaba que por lo que decía, acostumbrado a domeñar sus impulsos y administrar sus silencios.
Era alto, tenaz, persistente y diferente, un raro ejemplar de los pocos que van quedando de una concepción de la fiesta brava basada en las raíces, la tradición y la pureza, sin mixtificaciones, sin adherencias nocivas, sin ampulosidades, sin tapujos ni engaños. Benito ha sido mortalmente corneado por el toro de la muerte, al que desde hace unos años siempre citó de frente y por derecho. Parecía como escapado de una película de buenos y malos en una isla en la que hacía todo lo posible para no habituarse a los segundos.
Ya no habrá, posiblemente, otro Benito –de inmediato-- de repuesto, porque los nombres, como tantas cosas, también sucumben a las modas. Pero su apellido continuará situado en lo alto de las estanterías, allá donde no llega el largo brazo de las injusticias, el desafecto y el olvido.

COMENTARIOS: Anónimo dijo....

Grande este articulo de Diego Vera en homenaje a otro grande, D. Benito Belmar. Dios lo tenga en la Gloria.


1 comentario:

  1. Grande este articulo de Diego Vera en homenaje a otro grande, D. Benito Belmar.
    Dios lo tenga en la Gloria.

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