Un dilema por resolver / Por Pepe Cámara
REMITIDO.- Cartagena (Murcia). Viernes, 19 Octubre 2012. Bien digo que es un dilema, hace unos días se
hablaba del ya engaño de pasar a cultura asuntos taurinos, toda la gestión vinculada de la cultura del toro. Si bien es
cierto que en cultura aparece un departamento de asuntos taurinos, del cual
traspasan todas les gestiones al
ministerio del interior; es decir, al departamento de asuntos taurinos de toda
la vida. Pienso que los políticos lo que han querido hacer es reconocer la
cultura del toro como un bien cultural, pero las tramitaciones administrativas a efectos que continúe en interior. No es una mala idea por lo menos ahora. Entiendo que el final de todo esto sea gestionado por cultura, pero aun
hay temas más importantes que solucionar
dentro de asuntos taurinos, vacíos legales en las reglamentaciones taurinas que están obsoletos, sin fundamentos
de lo que es la realidad actual, esto si nos tiene que preocupar. Y no solo en
el toreo a pie también en el toreo a caballo donde el vacío es todavía mayor. Pongo
algunos ejemplos para aquellos que su ceguera es solo para estos temas, y no
para reuniones donde el tema económico, retribuciones, gastos mínimos, etc. Es
de lo único que se habla e interesa.
Como
es posible que un rejoneador de novillos-toros pueda ser rejoneador de toros sin
coger la alternativa, es mas incluso pueda seguir matando novillos. Lo puede hacer el reglamento taurino lo
permite. Pongo otro ejemplo que colma el vaso, la reglamentación exige a los
toreros, novilleros y rejoneadores que tienen que tener un mozo de espadas, de
no ser así podrían ser sancionados económicamente, como se explican que los rejoneadores no
puedan firmar la declaración de idoneidad,
es decir, que esa persona reune los conocimientos para ser mozo de espadas y tengan que recurrir
a un matador de toros o un novillero con picadores para que le firme la declaración de idoneidad. Podríamos
seguir con más ejemplos, la lista es amplia y llena de
contrariedades sin soluciones por el
momento. De esto es de lo que nos tenemos que preocupar, darle soluciones y actualizar los reglamentos taurinos en los
que toreros, novilleros y rejoneadores
se impliquen y den soluciones para un mejor funcionamiento del sistema.
Con todo esto no quiero nada más que sacar a
la luz el verdadero problema de asuntos taurinos. Si al día de hoy ponemos el
grito en el cielo porque todavía la gestión administrativa se hace por el
ministerio de interior, clamemos para que se ponga solución a la reglamentación
taurina en ESPAÑA
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