Texto.- JOSÉ Mª. JERICÓ. Fotos.- BENITO SÁNCHEZ LEYVA. La afición alicantina, representada por las peñas existentes, venia pidiendo un museo en el que poder honrar la cultura taurina ligada a esta población levantina desde los albores del siglo XV. Si bien, todos los concejales, indistintamente al partido político al que pertenecían, encargados de la plaza han ido acometiendo reformas. Fue con la llegada del Concejal de Asuntos Taurinos D. José Luis Pamblanco, el año 1995 cuando se empezó a estudiar el proyecto del museo y se decidió habilitar parte de la primera planta de la plaza para que albergara el Museo Taurino, que fue inaugurado en octubre del año 2001 por el entonces alcalde D. Luis Díaz Alperi.
Este museo se nutre principalmente de donaciones y cesiones realizadas por numerosos aficionados a la fiesta nacional, aunque también hay que reseñar numerosas pinturas, esculturas y otros objetos que con el presupuesto asignado para el museo se han ido adquiriendo. Actualmente con una superficie que supera los 500 metros cuadrados, se centra básicamente en la tauromaquia alicantina.
Subiendo las escaleras que nos conducen desde el patio de sol al museo, nos encontramos, antes de acceder al recinto, con una moderna escultura en hierro forjado titulada “Dando un pase”, obra de Fernando Sáenz de Olarrieta; y sobre el dintel de la puerta de entrada, la cabeza del toro “Cidrón”, de la ganadería de Jesús Sánchez Cobaleda, al que Domingo Ortega le corto las dos orejas en la plaza de Las Ventas el 3 de noviembre de 1.957, en corrida benéfica pro damnificadas de la riada de Valencia. 
Una vez tras pasada la puerta de entrada al museo, en el lateral derecho nos encontramos con tres rincones monográficos dedicados a los toreros alicantinos más representativos. En el primero, los legendarios ‘El Tino’, ‘Pacorro’ y ‘El Caracol’, y en los dos restantes José María Manzanares y Luis Francisco Esplá, donde se exhiben objetos, fotos y carteles, junto con alguna cabeza de toro que resumen sus respectivas carreras artísticas. En unas vitrinas podemos contemplar recuerdos de otros toreros alicantinos. En ellas se exhiben fotografías, recortes de prensa, viejos carteles taurinos y prendas como trajes de luces, capotes, etc., que van desde el primer matador de toros nacido en la ciudad de Alicante del que se tiene noticia, Julio Martínez “Templaíto”, hasta el malogrado novillero Ángel C. Carratalá fallecido el 30 de junio de 1929 como consecuencia de la grave cornada recibida en el vientre en la plaza de toros de Inca (Mallorca). Así como una de las monturas que usaba el malogrado rejoneador benidormí, Ginés Cartagena.
La sala dedicada a las artes plásticas alberga cuadros taurinos desde finales del siglo XIX hasta nuestros días realizadas por pintores de renombre como el inglés Billi, o los españoles Sánchez Navarro, Sanchís Cortes, Diego Ramos, Saavedra, Antonio Casero, Ruano Llopis, Roberto Domingo, Rafael Blasco y los alicantinos Alfaro y Simarro. Respecto a la colección de esculturas hay que destacar las que se exhiben en bronce de Mariano Benlliure, Puente Jerez, Sáenz de Elorrieta, Peyro Mezquita y el esplendido “Encierro” de Nacho Martín, un conjunto de 15 figuras en el que se inspiro para realizar el existente a tamaño natural que esta situado frente a la puerta principal de la plaza y que merece ser visitado, pues es quizás de los pocos conjuntos que se exhiben en plena calle rindiendo culto al toro bravo y a la Fiesta, siendo curiosamente uno de los monumentos alicantinos más fotografiados por turistas y curiosos que se acercan a contemplarlo.
El mundo taurino ha sido fuente de inspiración para poetas y artistas plásticos que han sabido plasmar en sus obras toda la fuerza entre el hombre y el toro. El abanico, como soporte para el arte, también ha contribuido a la guarda y custodia del calor y el color de la Fiesta que encuentra acomodo en sus pliegues. Así, encontramos una sala dedicada en exclusiva a la exposición permanente de la colección de abanicos que la cordobesa Inmaculada Manfredi ha cedido al Museo Taurino Municipal de Alicante y donde se pueden ver más de 50 abanicos de diferentes formatos, colorido y de una gran belleza que nos lleva la imaginación a valerosos toreros que brindan la faena a hermosas damas engalanadas con mantillas, claveles y pericones.
El museo ofrece exposiciones artísticas temporales así como ciclos de conferencias, también cuenta con una sala de proyecciones que simula un ruedo con burladeros y tendidos desde donde se pueden visionar películas, reportajes del toro en el campo y de corridas de toros que marcaron un hito. Al efecto el museo posee una excelente videoteca. Al final del recorrido nos encontramos con una sala dedicada a hemeroteca y biblioteca especializada en temas taurinos que alberga cerca de un millar de volúmenes que pueden ser consultados previa autorización.
No se debe de abandonar el recinto sin visitar la plaza de toros, donde las paredes se encuentran jalonadas por numerosas cabezas de toros que muestran diferentes pelajes y que marcaron algunas efemérides, así como por una colección de carteles donde se anuncian los festejos que se han celebrado durante las ultimas décadas. En el espacio que se encuentra junto a la puerta principal se pueden observar los murales en azulejo dedicados a los toros que han sido indultados en esta plaza, sin olvidar el cartel donado por la Tertulia Taurina “Amigos de Nimes” y reproducido en azulejos, de la corrida de inauguración de la plaza, hecho acaecido en 1888.
Desde su inauguración D. Francisco Llorca Escuin figura como director de este museo que alberga la historia de la tauromaquia alicantina y que cada año es visitado por buen numero de curiosos y personas interesadas en nuestra cultura y las artes plásticas. Cada año aumenta el número de visitantes.
Estimado lector, si vienes por Alicante y estas interesado por la cultura taurina no dejes de realizar una visita a este museo, que tiene sus puertas abiertas de martes a viernes de 10,30 a 13,30 h., y de 17,00 a 20,00 h., encontrándose los sábados abierto solo por la mañana en el horario habitual.
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